Cartas al director

La economía alemana no es un ejemplo

El problema con esta postura es que ignora u oculta varios hechos esenciales. Uno es que su éxito como país exportador se debe a una situación de dominio sobre su propia clase trabajadora y sobre otros países que bien podría definirse como explotación. Puesto que este tipo de terminología raramente aparece en los medios, siento la necesidad de explicar el significado de tal término. A explota a B cuando A vive mejor a costa de B, que vive peor. A y B pueden ser clases sociales o países. Pues bien, comencemos por clases. El complejo exportador alemán ha basado su éxito (que ha repercutido en una explosión de sus beneficios) en parte en que ha evitado que la clase trabajadora alemana sea beneficiaria del incremento de su productividad. Como bien ha dicho Mark Weisbrot, el Estado y el mundo empresarial alemanes no han permitido un aumento de los salarios paralelo al crecimiento de su productividad. La mayoría de este crecimiento ha enriquecido las rentas del capitaL,y no las del trabajo. En realidad, estas últimas, como porcentaje de todas las rentas, han disminuido. Al capital le ha ido muy bien a costa de que al mundo del trabajo no le haya ido tan bien como podría o debería haberle ido.